Capítulo 66. El asociacionismo juvenil y otras asociaciones. Parte V y última.

 






Capítulo 66.


El asociacionismo juvenil

y otras asociaciones.

Parte V y última.




Hay juegos que nos hacen soñar y  madurar.

Club Los Dardos de Piragüismo.



" Ahora aprieto las manos

para que no huya el tiempo.

Quiero volver al pasado.

Quiero ser niño de nuevo".

J.M.G.A.


Durante algún tiempo y desde la Asociación Gritos, se baraja la posibilidad de comprar  accesorios o complementos marinos  para desarrollar actividades deportivas. Entre la oferta de aquel espectro, se selecciona varias opciones, tales fueron tablas de surf, windsurf (con vela) o piraguas.


Es el año 1985 y dados los menguados recursos económicos, se consigue una embarcación de saldo, cubierta en toda su superficie de una tosca reparación de fibra. Se trata de un modelo de piragua K-1, aquel que sólo lleva un hombre a bordo. El barco en si, "metía miedo" y, el reto inminente pasaba por comprobar la flotabilidad. Algunos miembros del Club, valoran la posibilidad de someterla a una importante mejora, que pasa por un lijado y reparación de partes vencidas por el desgaste del uso y las múltiples  batallas  sufridas por paso de los años.


En el mes de abril de ese mismo año, visita Joaquín Rodríguez Viña el Club, como candidato a la alcaldía por uno de los partidos políticos que entonces concurrían en la convocatoria de las elecciones municipales. Su experiencia, conocimiento y condición de arbitro internacional de piragüismo, dará un giro insospechado a las iniciales pretensiones de la sociedad.


Aconseja, con buen criterio, que desestimemos el arreglo de aquella embarcación que había tenido sus mejores momentos mucho tiempo atrás. Fruto de su negociación, aparecen dos piraguas en el Club a coste cero. Este va a ser el punto de inflexión para replantear objetivos y el inicio de un proyecto breve, pero muy satisfactorio.


Se empieza a gestionar la formación de un club de piragüismo federado. Potencial humano llamaba a la puertas, y estas se abrieron. Fueron cinco años, escasos e intensos, pero extremadamente productivos. Aquellos guajes encauzaron su descontrolada testosterona en el deporte, teñido de compañerismo y disciplina. Su comportamiento ejemplar, conscientes de que incluso jugando se podía hacer deporte y enraizar amistad, evitando en ello,  hábitos insalubres físicos y sociales.



Notificación de la identificación fiscal del Club Gritos. El compromiso
oficial con Hacienda.


La moneda se lanza al  aire y mientras vuela se planifica el futuro. Las manos y la condición colaboradora de socios y amigos , determinante una vez más. Se cierra con obra, el lateral y frontal del patio, con el apoyo de Kiko; la madera para los marcos y portón de acceso es donado por Manuel Hevia y Cesar, siendo manufacturado por Manolo Benita. Las "manos de plata" de Celestino  prepararán la instalación eléctrica y la colocación de caucho del suelo. De los componentes metálicos y de soldadura se encargará Vicente Salero. El resto, aportará su ayuda y necesaria colaboración en la figura de peón o ayudante.


Una vez cerrado aquel espacio, que en otros tiempos fue el refugio en los días lluviosos de los escolines, se convertirá en el gimnasio- piragüera. Poco tiempo después, ante la demanda de los deportistas, se ganará espacio cerrando la parte posterior del edificio, aprovechando el alero del tejado. En esa nueva cubrición, se recogerán todos los barcos y trastos varios. Será el almacén definitivo del Club. Para el cierre, se contó con la inestimable ayuda de Marcelino Sampedrín (hijo) y Juan de Casa Bolla transportará las barras de acero corrugado para la planchada del suelo.  El resto de la instalación, entiéndase el antiguo patio, oficiará como gimnasio.


   

Recorte de prensa, en la que se da cuenta de 
la inauguración del gimnasio-almacén. 


 

El material deportivo y de musculación propiamente dicho, se va incorporando poco a poco. El Club Náutico de Luanco, con su presidente Santiago al frente dona dos grupos de espalderas y un vetusto banco móvil de remo. La Fundación Municipal de Cultura hace entrega de dos bancos de musculación. El resto de material, se va adquiriendo en saldos, cierres de gimnasio y venta de particulares. En la década de los ochenta del pasado siglo, Antromero podía presumir de un pequeño gimnasio dotado de una logística y maquinaria que muchas entidades deportivas con mayor entidad envidiaban.  


El esfuerzo económico desplegado fue muy importante, cubierto con cuotas de socios, aportación económica municipal y muchas ventas de papeletas para  sorteos. El ingenio en este tipo de venta ofertó la posibilidad de repartir 1000 coches en una de aquellas rifas. Se trataba del modelo Fiat Cinquecento, uno de los utilitarios de la época. Cuando se expuso al gerente del concesionario la probabilidad de la compra de esa cantidad de vehículos, le salieron los ojos de las órbitas. Su reacción inicial fue de total desconcierto y la posterior invitación a abandonar su oficina. Sólo la necesaria explicación, aclaró posiciones y comprendió la remota opción de aquella compra. Alabó el ingenio de la iniciativa y tras un exabrupto, sentenció: " Si se compran esos coches, podéis estar seguros que Antromero tendrá una calle en la ciudad de Turín (lugar de nacimiento de aquella marca automovilística), ¡ De eso me encargo yo personalmente !".


La diosa fortuna no quiso que una rue italiana llevara el nombre de nuestro pueblo. En cambio, la idea generó importantes beneficios económicos al Club, que permitieron una inversión mayúscula en las instalaciones deportivas.


Nuevamente la mano voluntariosa de Joaquín, a la postre presidente de honor de la Asociación,  hace posible la compra a precio simbólico de nuevas embarcaciones. El entonces "jefe" del Club Los Gorilas de Candás, Amando Prendes, facilita material en forma de palas y piraguas a nuestra asociación a un reducido coste. 


El salto cualitativo, se produce con la gestión nuevamente de Joaquín, quien contacta con el médico y entonces alcalde de Pravia, Francisco Javier Fernández Casielles. Este insigne pro-hombre, era a su vez propietario de la empresa de fibra de vidrio Terpla, quien fabricaba, entre otras cosas, piraguas. El contacto será determinante, para la adquisición de nuevos y más competitivos barcos, que con ligeros defectos (arrugas en la unión de los moldes)  no eran impedimento para su buena funcionalidad, reducen ostensiblemente su precio final de mercado.


Poco a poco los escasos adolescentes y pre-adolescentes que aun no se habían integrado en el Club Gritos, se van sumando atraídos por la nueva actividad. Pese a todo,  existen flecos que hay que ir cosiendo poco a poco. Se necesita una denominación, un nombre con el que se pueda registrar en el Registro de Asociaciones Deportivas del Principado de Asturias. Sometida  la masa social al dilema, se aprueba por mayoría abrumadora el nombre de "Dardos". Probablemente, una de aquellas míticas embarcaciones del pueblo, la gestionada con buena mano y mejor tino por Álvaro Artime, haya tenido su influencia.


Necesitados de la creación de un logotipo que identifique al novel club , se abusa de confianzas prestadas y se recurre a la creatividad del bueno de Cesar. Artista nacido en Luanco y que entonces gestionaba la popular Peluquería Cesar, en Candás. Entrega un boceto, que se plasmará en la insignia definitiva: sobre el fondo de una diana se ilustra un piragüista en plena actividad.



Pegatina representativa del logotipo del Club
de Piraguas Los Dardos, de Antromero.


Coincidiendo con las fiestas patronales de San Pedro, se da un  paso hacia el frente definitivo:  la organización de dos regatas de piragüismo para categorías inferiores, en los años 1987 y 1988. Pruebas que formarán parte del calendario competitivo de la Real Federación de Piragüismo de Asturias La organización, control, desarrollo de las mismas, estuvo amparada por el impagable esfuerzo de Joaquín  Rodríguez Viña, alma mater de esta sección deportiva.


Todos los negocios del pueblo donan un trofeo, junto con otros de Candás y Luanco. Los Ayuntamientos de ambos concejos, no se quedarán a la zaga, garantizando con este esfuerzo colectivo que ninguno de los pequeños participantes  se marchara de la regata sin galardón.



Trofeos para los competidores de la I Regata San Pedro de piragüismo
del año 1987. Los participantes se sorprendieron de la cantidad y calidad 
de los galardones.


Tal y como expusimos y con el paso de los meses, se van integrando nuevos pequeños componentes a Los Dardos. La mezcla de juego, entretenimiento y novedad va a incitar a descubrir un mundo diferente en aquellos preadolescentes. Se fomenta valores de compañerismo y amistad a raudales, siempre con las inevitables piquillas y recelos propios de la edad, que son limados con el roce diario y la bonhomía de todos los integrantes del grupo.


La primera equipación textil quedara cubierta por la donación de unas camisetas de un conocido refresco. La definitiva, será cubierta por Viti, propietario del Palacio del Mueble- Comercial Muñiz, en La Calzada, y antromerín de adopción.


Fuente: Marisol Carro. Algunos integrantes del Club Los Dardos, 
en la Regata Internacional del Puntal, en Villaviciosa, 1986. De 
derecha a izquierda, arriba: Floro, Fran, Rubén, José, Ricardo, Marcos.
Abajo: Marco, Alberto y Vicente. 



Foto oficial del Club Los Dardos 1989. Ya con la equipación donada por Viti.
De izquierda a derecha. Arriba: Alberto, Marco, Marcos, Jorge, Álvaro, Ricardo,
Floro y Rubén. Abajo: Gustavo, Borja, Rubén, Laura, Sheila, Macarena y Leti.


Pese a la orientación formativa y de apoyo a las categorías inferiores con la que nació este club de piraguas, eso no fue impedimento para que adultos formaran parte de la plantilla. Todos ellos oriundos del concejo de Gozón.


Ficha federativa de nuestro amigo y luanquín Néstor. Uno de los 
que se sumaron al breve proyecto deportivo del pueblo.


Los desplazamientos a pruebas deportivas realizados durante este tiempo, se hacían en vehículos privados, ante la ausencia de furgonetas o similares. Los entrenamientos-juegos en tierra firme se desarrollaban en el gimnasio y exterior del Club, y los del agua en la playa de San Pedro, cuando las condiciones del Cantábrico lo permitían.


Tal y como se expuso, la aventura breve e intensa de aquel proyecto deportivo, nació con la premisa de abrir unas expectativas diferentes, basadas en el deporte, compañerismo y amistad entre los más jóvenes. En el año 1990, ante la imposibilidad de conciliar deberes laborales y familiares de los entonces responsables de" Los Dardos", Vicente, Celestino y José, se pone punto y final a las aspiraciones que cinco años antes se habían iniciado.


El bagaje deportivo fue escaso, el social en cambio,  fue importante. Se creó una generación única en el pueblo, en una época diferente, donde determinados valores germinaron para siempre. Son aquellos jóvenes, ahora adultos, los que podrán emitir su último juicio al respecto. No obstante, nuestra particular y subjetiva opinión es positiva, pues después de más de treinta años seguimos creyendo que  realmente mereció la pena la experiencia socio- deportiva desarrollada durante aquellos breves, pero intensos años.


En el aspecto meramente vinculado al piragüismo, nos queda la satisfacción de abrir una puerta, un pequeño hueco al hasta la fecha nuestro único deportista olímpico del pueblo, Marcos Antonio Fernández Carro. Aquellos primitivos contactos con este deporte y su posterior tesón y valía, lo han convertido en un deportista internacional, que  nos llena a todos de una satisfacción y orgullo indescriptible.



Fuente: Marisol Carro. Nuestro deportista
 olímpico 
en Atlanta 96, Marcos Antonio. 








La Asociación de Vecinos de Antromero.





"Mis recuerdos son vuestros desde ahora".

Aurelio González Ovies.




Las asociaciones de vecinos en las zonas rurales, tal y como las entendemos actualmente, son una figura relativamente joven. La dictadura no permitía la constitución de agrupaciones que no cumplieran determinados requisitos. Será a partir del año 1977 cuando en determinados barrios obreros se empiezan a constituir y vivir sus años más dorados.  Pensadas para ir sustituyendo una representación política local más anquilosada, como era la del alcalde pedáneo o de barrio.

    
En la convulsa historia de Régimen Local del siglo XIX, la Constitución liberal de Cádiz de 1812 (La Pepa), abre un nuevo concepto más democrático para la elección de cargos populares. Las diferentes Constituciones posteriores, invertirán con sucesivas involuciones aquel progreso. El recuerdo de la historia, con más frecuencia de lo deseable nos hace sonrojar y evidenciar el carácter autodestructivo que nos distingue respecto a otras especies.


En Asturias y,  basado en el Real Decreto Legislativo 781 de 18 de abril de 1986, se trata en aquellas entidades locales menores, esto es, parroquias, barrios o lugares, sustituir la figura hasta entonces predominante de alcalde pedáneo o de barrio, por otra con mayor representatividad, tal fueron las asociaciones vecinales. 


Aunque estos regidores locales se mantendrán y aun se mantienen en aquellos lugares donde no existe la posibilidad del desarrollo del asociacionismo. Pero, ¿Qué es un alcalde pedáneo o de barrio?. Normalmente era una persona de confianza del alcalde del municipio o pleno municipal. En muchas ocasiones nombrado a dedo, sin necesidad previa de elección popular alguna. Así lo recuerda Basilio Gutiérrez (1898): " En Antromero siempre hubo alcalde y lo nombraban en Luanco. Uno de los que más tiempo estuvo fue José Antonio, Antón de Menéndez". 


Esta autoridad de entidad menor, era el perfecto informante de las necesidades de la zona de su influencia y que incluso, entre otras misiones tenía la de vigilar la conservación de los servicios públicos. Caminos rurales, fuentes públicas y terrenos comunales eran sus objetivos preferentes. 


Ángel Rodríguez (Casa Sampedrín) fue alcalde pedáneo de Antromero durante bastantes años en la primera mitad del siglo XX. Otras personas ocuparon temporalmente estos cargos no remunerados , tal lo recuerda Bernardina Mori (1928): "Durante algún tiempo también lo fue (alcalde) Antonón, Antón D'Xabel, después de que lo fuera José Antonio Menéndez". Amparo Julián refresca en su memoria, otra persona que desempeñó tal cargo: " En Luanco poníen y quitaben alcaldes p'al pueblo y uno de ellos fue Ramón de Rexidorio".


En la década de los sesenta y siendo alcalde Salvador Mori, fue el hombre de confianza de aquel regidor, José Antonio García Uría, tal y como lo reconoce: " Cuando era alcalde Salvador, me llamó para saber si podía contar conmigo para ser pedáneo del pueblo. Hablé con la mujer y, pese a todo decidí coger el cargo". Posteriormente y tras dejar aquel "encargo", tomó el relevo, Manuel Hevia Busto, quien en sus declaraciones no deja lugar a dudas todo lo vivido y sufrido durante aquellos años: " Luchar por conseguir coses para el pueblo, tiene cosas buenas y malas. Siempre hay gente que nunca queda contenta, aunque les llenes los bolsos de oro". Fue el último alcalde del pueblo, y quien participó  y disfrutó del mayor adelanto en Antromero: " El mayor logro fue la traída del agua a las casas del pueblo. Los problemas que hubo, que fueron muchos, compensaron el resultado".


Finalmente, será durante el año 1988 cuando se va a dar un giro total a la historia. Un gallego de Allariz, Alfonso Quintana Bouzas, tendrá la iniciativa de constituir la primera asociación vecinal del pueblo, tras la experiencia de los apoderados alcaldes de barrio, tal lo recuerda: " Un día del año 1988, se presentó en casa, el que hasta entonces era presidente de la Asociación de Festejos. Roberto García Suarez y me dijo: Alfonso, hay que hacer algo con las luces de la carretera que son un peligro".


Su vocación de carácter social no había sido baladí, pues en sus manifestaciones siempre ha dejado claro un principio vital, heredado de sus progenitores y de la educación recibida: " Cuando me casé, vine al pueblo  con una idea en la cabeza. Mi colaboración en lo que pudiera para el beneficio de Antromero". Tras aquel primer contacto con Roberto, se tomó una iniciativa muy común en aquella época y anteriores: " Salimos a pedir por todas las casas del pueblo para tratar de buscar una ayuda económica para la reparación de aquellas luces". Precisando una anécdota que marcará el devenir de aquella idea: " Al llegar a  La Viesca, José La Maestra dijo que no tenía ningún problema en colaborar con nuestra petición, pero también había que hacer lo mismo con la caleya de aquel barrio". Ese cambio de impresiones formalizó una amistad indestructible entre ambos: " Y si...también empezamos a pedir por el camino de La Viesca. Aquello me abrió los ojos, de las muchas necesidades del pueblo".




Alfonso Quintana, acompañado de su mujer, Pilar y 
de sus nietos.



En aquellos momentos, la política municipal estaba dando un importante viraje respecto a la relación con hasta entonces tipo de representación en las parroquias, como lo confiesa Alfonso: " En el Ayuntamiento se estaba dando un plumazo a los alcaldes pedáneos. Así que hablé con Manolo ( el último alcalde pedáneo) y le expuse la oportunidad de constituir una asociación vecinal. Manolo no puso impedimento, sino todo lo contrario. Era el momento oportuno para constituir la primera asociación vecinal del pueblo".


El inicio del protocolo no se hizo esperar: " Hicimos una junta gestora. Para ello nos juntamos: Manolo, José Antonio (los dos últimos alcaldes pedáneos), Jorge Granda, Maruja Anxelín, Emilio Posada, David El Monte, Kiko Catalán y Falo". Las ideas y el rumbo desde un principio absolutamente claras: " Nació como un servicio para reclamar y apoyar mejoras para todo el pueblo, Antromero". 


En los orígenes del asociacionismo se mantenía una costumbre secular, la cofinanciación popular, como lo recuerda el propio Alfonso: " Entonces se salía pedir por las casas para algunas obras. Aunque debieran ser ejecutadas por presupuesto municipal". Sospechamos que aquellos usos, aparte de la ayuda económica, era una forma de demostrar el interés vecinal a los regidores municipales para la ejecución de proyectos.



Fuente: El Faro. Alfonso Quintana, observando
una obra municipal, uno de sus grandes caballos
de batalla en su larga trayectoria al frente de la
Asociación de Vecinos.



Desde entonces y, transcurridas varias décadas la lectura es muy positiva. Un frente asociativo con que poder reclamar, solicitar y exponer problemas ante las autoridades municipales y regionales. Los políticos se van, son sustituidos y sus obras vinculadas a los pueblos, para bien o para mal. Alfonso, así lo recuerda: " Tengo copia de todos los registros de solicitudes de todos estos años y es un archivo inmenso. Son muchos años tratando de conseguir mejoras para Antromero". El espíritu asociativo se deja reflejar en ello: " Siempre hemos estado ahí, para indicar las necesidades del pueblo, tratando de aportar, colaborar con soluciones prácticas". Aunque el resultado no siempre fue satisfactorio: " En muchas ocasiones ni caso te hacen, en otras ejecutan obras con errores groseros, pese a nuestras advertencias". 


La evidencia de tantas experiencias no deja lugar a dudas: " De aquel grupo de gente que iniciamos la aventura asociativa, quedamos finalmente José Antonio, Manuel Hevia y yo. Y no quedó lugar en el pueblo, donde no pasamos, donde se trató de transmitir cualquier problema y por supuesto y hasta donde pudimos aportar soluciones". 


También frustraciones, roces y reveses acompañaron el largo recorrido emprendido inicialmente por Alfonso: " En el camino quedaron muchos sinsabores. Proyectos prometidos y jamás cumplidos. Y la sensación de que desde la administración se minusvalora el esfuerzo emprendido desde las asociaciones, considerándolas más enemigas que colaboradoras". 


Aunque siempre subrayando una hoja de ruta y la satisfacción de la labor hecha altruistamente: " Lo que nunca se podrá borrar es el orgullo de haber intentado hacer algo en favor del pueblo, apoyado en la mejor manifestación de la democracia que es la participación ciudadana. Gente que trabaja lealmente, sin interés político alguno, son esas personas que merecen crédito y un respeto. Y en lo que a mi respecta lo he hecho por la educación recibida, en esa creencia que me inculcaron mis padres y también de la educación recibida  de los frailes".


Alfonso, tras un largo recorrido de más de treinta años, se hace a un lado en el año 2020, dando paso a la nueva sabia, al relevo generacional inevitable. Carlos García, nieto de uno de aquellos hombres que crearon los mimbres asociativos vecinales, José Antonio. Es desde entonces el nuevo presidente de la Asociación: " Siempre tendrá mi apoyo, mi consejo y experiencia". 









La Asociación de Mujeres.





"Una mujer no debería gatear,

cuando tiene el impulso para volar".

Hellen Keller.




En un mundo manejado y manipulado por las manos masculinas les muyeres siempre han estado condicionadas a permanecer en un segundo plano. Un repaso "oficial" de la  historia de la evolución humana puede resultar frustrante, para sus intereses. El reconocimiento a sus labores, esfuerzos y creatividad un imposible, que sigue pendiente de reparar.


Vitales en épocas de estrecheces, que fueron casi todas. Y aunque no debiéramos de caer en el error de hacer divisiones geográficas, su figura se magnifica en el ámbito rural. La sociedad matriarcal, un hecho que nos ha hecho sobrevivir y evolucionar.


Dentro del asociacionismo local, las mujeres más jóvenes han participado de los primeros proyectos. Aunque el primer germen exclusivo de las féminas se formaliza a principios de los años ochenta, con la creación de un grupo de baile folclórico denominado "El Bigaral" y dirigido por el candasín Julio Menéndez. Para desarrollar sus ensayos se comparte el local de la Asociación Gritos, acompañado de alguna discusión y roce entre los diferentes miembros por el uso del local, que nunca llegaron a más.


 
Fuente: Mercedes Menéndez. Año 1982.El Grupo "Bigaral" en la romería
 de San Pedro. La expectativa despertada, evidente.



Fuente: Mercedes Menéndez. Julio Menéndez, director y 
monitor del grupo de baile "Bigaral". A su lado, Cristina 
García.



En el año 1997, la iniciativa de agrupación  para cubrir el ocio se formaliza con la constitución el 22 de abril de la Asociación  de Mujeres de Antromero. Esto va a abrir unas expectativas desconocidas hasta entonces.


Ante la no disposición de local propio, se comparte con el de la Asociación Gritos, en días específicos. Durante el primer año de actividad se organizan dos cursos: manualidades y malla, cubriéndose la formación durante los jueves y lunes. El éxito de la primera iniciativa lo avala la presencia de veinte cursillistas.


La evidencia del cuajo social de aquella agrupación es el respaldo que dan sus asociadas, sumando la nada desdeñable cifra de 60 socias en el primer año de vida. La iniciativa es irrefrenable, veinticuatro meses después de su origen, los cursillos se multiplican: trabajos con estaño, pintura,  madera y metal. Aquella oferta es cubierta rápidamente por las asociadas y el espíritu en el que nació la Asociación se demuestra con una mayor oferta que se va desarrollando con el paso del tiempo, tal lo recuerda su presidenta Socorro Muñiz: " Hicimos un montón de cursillos. De cerámica, cestería, manualidades de todo tipo, cocina, costura, cuero,  patchwork, baile, zumba, yoga, fortalecimiento de la memoria...".



Fuente: Mariluz Serrano. Nedi Pérez, en el cursillo de cestería.



Fuente: Socorro Muñiz. Curso de zumba.



Fuente: Mariluz Serrano. Cursillistas de cestería.



Fuente: Socorro Muñiz. Curso de yoga.



El no disponer de un local propio constriñe en sumo grado las actividades. El punto de inflexión se va producir con el fin de las actividades escolares en Antromero, durante el año 2006. Con ello, quedará libre el aula educativo y la solicitud de la cesión de la misma no se hace esperar. Se habilita con colaboración municipal aquel espacio, e incluso se instala una cocina con lo que se amplían las expectativas.  


 
Fuente: LNE. Taller de manualidades con fecha de 29 de enero de 
1999. Aun la Asociación de Mujeres disponía de local propio.



Además de estos cursillos que desarrollan la formación creativa, también se cubrieron otros aspectos de ocio, tal lo detalla Mariluz Serrano: " Además de hacer cursos, se organizaron excursiones e incluso comidas". Tal y como ocurrió en otras ocasiones, la cita con la Santina en Covadonga, un clásico.



Fuente: Mariluz Serrano. Una de las excursiones organizadas por la 
Asociación de Mujeres.



Fuente: Socorro Muñíz. Miembros de la Asociación de Mujeres, en una de sus 
actividades.



Fuente: Flor. la colaboración con el Ayuntamiento, hizo posible alguna de las 
actividades.



No debiéramos olvidar su rutina semanal de juegos de mesa, que han cubierto el ocio de sus asociadas, quienes han acudido con puntualidad exquisita a aquella cita grupal.


Sin poder precisar la fecha, pero en torno al año 2006, esta asociación va formalizar un acto digno de la mejor escenografía. En la víspera de San Juan, organizará una hoguera, sencillamente imborrable. La magia de la noche, la presencia de ninfas y xanas y la teatralidad generada por aquellas actrices, recuperando una leyenda asturiana, impagable.


Su colaboración con Proyecto Hombre a lo largo de estos años, merecerá un reconocimiento por parte de aquella institución, en un acto público con fecha de 24 de junio de 2023.

    



Fuente: El Comercio digital. Noticia de 25 de junio de 2023.






Fuente: Socorro Muñiz. En el centro, Mariluz, secretaria de la Asociación,
 con el galardón en la mano y a su lado Socorro Muñiz, presidenta.



   
En el año 2018, fruto a su dilatada trayectoria se les hace entrega del Turullo de bronce, al antromerín del año. Reconocimiento más que merecido a una asociación que mantiene viva la antorcha de la vida social, a través de la organización de una serie de actividades que cumplen con las máximas de ser útiles, prácticas y eficaces.




Fuente: Comisión de Festejos de Antromero. Mariluz y Socorro posan
con el Turullo de bronce, al antromerín del año 2018.



El inevitable paso del tiempo, hace madurar a la Asociación. El 12 de octubre de 2023, celebran su cuarto de siglo de existencia, en una espicha multitudinaria en el restaurante La Martona. Este es el momento en que la histórica presidenta, Socorro Muñiz, aprovecha para manifestar su deseo de dejar su cargo, abriendo el paso a nueva sabia: " Quiero  dejarlo porque ya tengo una edad y no estoy para ello". Aunque dejando claro, que siempre estará ahí, apoyando: " Seguiré colaborando con ellas, como lo hice hasta ahora".



Fuente: El Faro. Contraportada del periódico comarcal de El Faro.
Espicha de los 25 años de existencia de la Asociación de Mujeres 
de Antromero.



Durante todos estos años, esta Asociación, ha representado un ejemplo de actividad y continuidad a seguir. Su éxito no ha sido impedimento para su continuo crecimiento, como lo demuestra sus 118 asociadas. Sin desmerecer a nadie, quisiéramos rescatar las figuras de su presidenta, Socorro Muñiz y de la secretaria y tesorera, Mariluz Serrano, como las "almas mater", que han alimentado durante tanto tiempo las inquietudes de una agrupación, más viva que nunca.








Las Asociaciones de Festejos.



"Sabes que es una buena fiesta 

cuando pierdes la noción del tiempo".

Robert Farrar Capon.




Las fiestas populares han representado históricamente la válvula de escape perfecta para el pueblo llano. Siempre han contado con apoyos y censores, tal es la naturaleza humana. Nuestro insigne Jovellanos, allá por el siglo XVIII, dejaba muy claro su postura respecto a este disfrute del ocio: "Las romerías tienen su origen en los tiempos de  la fundación de todos los pueblos....y la gente tiene el derecho y la necesidad de disfrutar de la fiesta y la romería".


Es cierto que en estos ámbitos geográficos han sido las romerías el reflejo más vistoso y visible de los pueblos en sus festejos. Aunque siempre atentos y vigilantes sus detractores, quienes no perdían la oportunidad de prohibir o limitar los actos vinculados a ellas. En Asturias, son llamativas por la aparatosidad de sus prohibiciones las Sinodales del Obispado, emitidas por el entonces Obispo de Oviedo, González Pisador, en 1784:  “Suelen concurrir muchas gentes y con ese motivo ser grande el desorden así en comidas y bebidas superfluas, como cantares, danzas y bailes y otras cosas indecentes de que siguen muchos escándalos y pecados especialmente siendo de noche; POR TANTO PROHIBIMOS SO PENA DE EXCOMUNIÓN MAYOR DICHAS ROMERÍAS Y FOGUERAS ESPECIALMENTE DE NOCHES”.


Otros intelectuales se habían sumado con anterioridad a esta  censura, tal fue el caso del benedictino Padre Feijoo, quien en su obra "Peregrinaciones sagradas y romeras" (1746), no hacía más que exhibir su pensamiento negativo al respecto : " Las romerías tienen innumerables relajaciones,...se disfraza allí el vicio con la capa de la piedad,...las rencillas, borracheras y otras abusos son el principio, medio y fin de las romerías".


Aunque transcurrido casi tres siglos desde aquel ataque  furibundo, estamos en disposición de afirmar que no se pueden poner puertas al campo. Incluso en épocas de prohibiciones casi totales, se desarrollaron este tipo de festividades, vinculadas al pueblo.


A la sombra del interés popular, siempre hubo gente, que sin formar una asociación propiamente dicha, constituyeron sociedades, denominadas "Comisión de Fiestes", para que fuera posible la celebración de tales eventos.


Durante el siglo pasado, y sospechamos que durante los anteriores, prácticamente la totalidad de los varones de Antromero, formaron parte de una u otra manera de aquelles Comisiones. Bien directa, con su participación, o indirectamente con colaboración. Podemos recordar un sinfín de nombres (1), pero en este epígrafe lo orientaremos al recuerdo de las dos únicas Asociaciones de Festejos que hubo en el pueblo hasta la fecha.



Icónica imagen de la Comisión. Año 1936: Tan solo 
poco más de dos semanas del inicio de la guerra civil.
En este país, pasamos de la fiesta a la guerra en un 
santiamén. 







(1). Aquellos que tengan más interés en conocer con más detalle la labor y participantes de aquellas Comisiones de Fiestas, recomendamos la lectura del capítulo 4, dedicado a "La Romería". 



    Asociación de Festejos presidida por Roberto García (1982-1987).


    Tras unos años de deriva festiva, en 1982, los jóvenes de la entonces Asociación Juvenil Gritos, con el liderazgo de Roberto García Suarez, constituyen la primera Asociación de festejos del pueblo. La edad de aquellos jóvenes, el gran inconveniente para contar con la confianza de los vecinos. En la primera reunión convocada para mostrar las intenciones, tan sólo acudieron dos personas: Maruja Anxelín y Alfonso Quintana.



Fuente: María del Rosario Muñiz (1983).
Roberto García, a la postre presidente de la 
Asociación de Festejos, hace entrega de un 
galardón a Jorge Granda (hijo).



Los rumores, antes de la celebración no se hicieron esperar y se notaron en la pedida de dinero por los domicilios para la ayuda de la fiesta. En algunas casas no sólo no quisieron participar económicamente, sino que llenaron de improperios a los peticionarios, vencidos los primeros por aquellas críticas desmedidas.


La celebración de la romería, representó un éxito de afluencia de público. La presentación de cuentas, tras la misma, todo un hito. Transparencia y trabajo fue el slogan inculcado por el presidente, Roberto,  durante los cinco años de existencia de la Asociación.


En una época de escasos recursos, se contrataron a prácticamente todas las referencias musicales de entonces  en Asturias: Gerónimo Granda, Pipo Prendes y su coro Gabiana, Vicente Díaz, el malogrado Julio Ramos, Niti Colsa, Manolo Santarrua,.... También la entonces exitosa cantante cubano-española Elsa Baeza, quien deleitó con su "Credo" y "Misa campesina", a todos los presentes.


En el ámbito de la curiosidad musical, se contrató a una  orquesta madrileña, "Pedro Picasso" que tuvo serias dificultades en el transporte de su logística y equipación por la angosta caleya de acceso al prao de la romería. En el pase de la tarde, los allí presentes , se sorprendían de no ver al cantante del grupo, quien aprovechando una casi novedad tecnológica del micrófono inalámbrico, deambulaba entre el público asistente, para susto y espanto de algunos, que no dudaban en huir del lugar. Pese a la nutrida concurrencia, en todo momento se sabía donde estaba el solista, por los huecos generados con su presencia entre la gente.


Fueron unos años en los que se rompió con ciertas rutinas organizativas preestablecidas. Se organizaron eventos para todos los públicos y en el aspecto cultural, se inauguraban todas las ediciones de la fiesta con un pregón. Algo inaudito hasta la fecha y que jamás se repitió.


Será el éxito de la Asociación quien mataría de alguna manera a la misma. El entonces histórico prao de la romería, quedaba a todas luces pequeño y la logística que exigían los nuevos romeros no se podían cumplir con aquella ubicación. Espacios pequeños y ausencia de aparcamiento.


Se convoca una reunión para que el pueblo decida un cambio de ubicación propuesto por los miembros de la Asociación a los praos de La Granda. Las reticencias de la gran mayoría de los asistentes en un voto popular, fue con toda seguridad el punto de inflexión que impidió la continuidad de aquella primera Asociación de Festejos.




   Asociación de Festejos actual. Comisión de Festejos Antromero. (2012-.....).

    Pese a no ser objetivo primordial los hechos ocurridos en este siglo, nos sentimos en algún modo el hacer un breve recordatorio de la actual Asociación de Festejos.


  Tras el cese de la anterior Asociación presidida por Roberto García, tendrán que transcurrir veinticinco años para que la organización de las fiestas de San Pedro caigan en otro grupo asociativo. Este largo peregrinar por el páramo festivo, tratará de ser cubierto por particulares, destacando el espíritu inquebrantable de Kiko El Catalán. Hombre vital y afable, quien lidió como bien pudo para conseguir  hacer unas fiestas: " Mientras suene un volador, ye que la romería no ta muerta".



Fuente: Marisol Carro. De izquierda a derecha:
Kiko El Catalán y Toño Fernández. Jóvenes , disfrutando
de la fiesta.



Alejandro Guardado, actual tesorero de la Comisión, nos indica como fue el origen y nacimiento de este asociacionismo de carácter festivo: " En noviembre de 2011, se colocaron unos carteles para convocar una reunión con los vecinos. El objetivo no era otro que organizar unas buenas fiestas". Los condicionantes se exponen con objetividad: " La romería para que fuera posible, había que organizarla en los prados de La Granda. Desde entonces y hasta la fecha es la nueva ubicación festiva". Las históricas reticencias vecinales al cambio son vencidas por esta nueva savia e ilusión juvenil: " Nadie puso impedimentos y podemos decir que tampoco hubo protestas por ello. El crecimiento de la romería estaba sujeto a ello. Era ese cambio o seguir como hasta entonces".


La primera convocatoria festiva en honor a nuestro santo, San Pedro, organizada por estos jóvenes en el año 2012, parte de cero: " Sobre la marcha se organizaron espichas en el Club y apresuradamente se hizo lotería de navidad. Así arrancamos, creciendo exponencialmente cada nueva edición". Aunque los miedos y temores al fracaso, alguna vez pulularon por sus cabezas: " Aquel primer año teníamos miedo a que la gente no respondiera. Pero a las ocho de la tarde del primer día el prao de la romería se empezó a llenar de gente. La cola para comprar costillas era el mejor indicativo de la buena marcha de la fiesta".


Entonces estaba  al frente de la presidencia de la Comisión de Festejos  Sheila Guardado, posteriormente la misma sería cubierta por Carlos García y en la actualidad la ostenta David Alas. 



Fuente: Comisión de Festejos Antromero. Algunos miembros de la
Comisión, el día de la entrega del Turullo de Bronce al inolvidable
Emilio Posada.



El primer programa variado y orientado a un amplio espectro de público: "Se organizaron un montón de actividades, juegos infantiles, concurso de pintura en la playa, exposición de fotos antiguas de la gente del pueblo... y la actuación estelar de la orquesta de referencia del momento, Assia". 


Los pros y contras de este tipo de organizaciones tan masificadas son inevitables, tal lo matiza Alejandro: "Me quedo con el apoyo de la gente y colocar el nombre de Antromero y su fiesta por toda Asturias. Lo peor de todo, sin lugar a dudas, es la lacra que amenaza a este tipo de fiestas populares: el botellón y sus conflictos derivados del mismo".


En el aspecto estrictamente cultural y promocional del pueblo, se recuperó desde el año 2014, la entrega del galardón del Turullo de Bronce, a la persona o institución que haya luchado, trabajado o promocionado Antromero, con carácter altruista y sin ánimo de lucro.

 
Tal y como marca las pautas la vida, en ocasiones muestra las garras de la manera más cruel. Hay ausencias que jamás se olvidan: " En el año 2016 nos dejó Emilio Posada. Colaborador desde nuestros orígenes, Desde el primer momento se involucró con el grupo de jóvenes de la Comisión y siempre estuvo ahí al pie del cañón como uno más". La añoranza golpea el recuerdo: "Todos los años por San Pedro le llevamos un centro de rosas al cementerio". Definitivamente, siempre habrá personas que dejan huella en nuestro entorno y que aunque no presentes,  siempre estarán con nosotros.


Este grupo de jóvenes forman una gran familia, que luchan denodadamente todos los años por hacer una romería, en la convicción de tratar de superar en calidad a la edición anterior. Es un afán merecedor del apoyo popular: " Si hubo alguna reticencia y desconfianza con nosotros al principio, hoy ya están superadas. Todo el mundo nos apoya para que no decaigamos en el esfuerzo".





Conclusiones.


El mundo asociativo es tan extenso como complejo. Siempre ha despertado suspicacias entre las clases gobernantes, incapaces en muchas ocasiones, de comprender la labor altruista de la mayoría de ellas.


Especialmente en las áreas rurales han sido un balón de oxigeno y apoyo  para el desarrollo de innumerables actividades de todo tipo, que serían imposible de ejecutar sin la logística asociativa. Tras la denominada Transición, que sobrevino a la caída de la Dictadura, las asociaciones de todo tipo crecieron de forma exponencial. Unas de ellas fueron tan breves como casi innecesarias, otras murieron ahogadas en el caldo de su propio éxito y algunas son tan necesarias, que si no existieran, habría que inventarlas.

    
La historia y desarrollo del asociacionismo, es el test perfecto para evaluar el desarrollo social y cultural de sus áreas de influencia. Un termómetro vital para comprobar lo mucho que hemos cambiado en tan poco tiempo.  






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