![]() |
Tarjeta postal del Sanatorio Marítimo Provincial. |
Capítulo 59.
La riqueza natural de Antromero
y otras curiosidades.
La Playa de San Pedro (IV).
Décima parte (X).
La Pregona.
"Agora ye otru tiempu,
oviamente"
Pablo Ordisana.
Si una vez en la misma playa de San Pedro, dirigimos nuestra vista hacía el sudeste, a los lindes del vecino concejo de Carreño, veremos La Pregona. Espacio indefinido, que abarca la desembocadura del río Pielgo y zonas limítrofes.
Etimológicamente deriva de la misma familia de la voz Pielgo (1), y hace referencia a pozos profundos como este. Su evolución, la describe Cristian Longo del modo que sigue: "Pielgo > pielgona > pelgona > plegona > pregona".
El término "Pregona", viene recogido con varias acepciones en el "Diccionariu Castellano- Asturianu", de Xuan Xosé Sánchez Vicente, y de la que rescatamos dos: la primera, "alta mar", y una segunda, " agua de mar que viene revuelta, en la costa, con algas y otras plantas marinas".
Respecto a la primera, no encaja con nuestros intereses, pues es evidente que La Pregona lo es con pleamar o baxamar. Y la segunda, se adaptaría a cualquier zona del arenal de San Pedro, no específicamente en aquel área.
Sin más pretensiones que cumplir con mayor información y con el ánimo revuelto, sospechando que pudiéramos abusar de la confianza depositada por el sufrido lector, añadiremos una última precisión respecto a este nombre, que bien pudiera ajustarse más a las condiciones de nuestra Pregona. Tal lo recoge Cristian Longo, en su obra "Estudio diacrónico de la toponimia marinera de los concejos de Carreño y Gozón" : " La Pregona desembocadura del mismo río El Pielgo en la mar, en La Playa de San Pedro, donde se forma un pozo de agua cuando sube la marea e inunda el cauce del río". Detallando otra variante al respecto: " La Pregona también hace referencia a la formación de pozos, más o menos profundos, como consecuencia de la subida de la marea y la inundación del cauce de los ríos que desembocan en la mar".
![]() |
Fuente: Marisol Carro. Vista parcial en altura, de La Pregona en pleamar. |
En el conocimiento popular, es la parte final de la playa. Un punto de referencia para los pesquines de pedreo, buscadores de bígaros y llampares, tal lo recuerda Benigna Anxelín: " Siempre oí hablar a los vieyos, que los mejores bígaros se daben en La Pregona". Aquel conocimiento heredado no pasaba desapercibido: " Y toda la vida fuimos a por ellos allí. Y después, a comelos a La Saltadera. No había bache, furaco que no estuviera tapao con les cascares de los bigaros y les llampares. Con todo aquello llenabes unos cuantos camiones". Nuestra habitual declarante, Marina El Tuertu, se expresa en similares términos, fruto de experiencias compartidas: " Alrededor de La Saltadera, era una grixera y delante de Casa Arenes, aquello era una montaña de bígaros. Allí nos sentábamos todos los guajes a comelos". Para cubrir la ausencia de logística, se recurría a la imaginación: "¿Quién tenía agujes pa sacar bigaros?. Díbamos buscar los pinchos de los escayos a un bardial que taba al lao".
![]() |
Fuente: Ana Montes. La Pregona, majestuoso y vigilante el Sanatorio Marítimo. |
La manifiesta abundancia de estos tipos de moluscos en la zona, puede estar interrelacionados por la combinación del agua dulce y la salada, como lo expone Emilio Rodríguez, El Lechugo: " Está demostrado que en la desembocadura del río Pielgo y el de La Viesca, en Gargantera, siempre se dieron muy buenes llámpares y bígaros. Puede ser por mezclar en esas zonas el agua dulce del río y la salada de la mar y eso alimenta más". Aunque la experiencia y el conocimiento heredado advierte de excepciones a tener en cuenta en esta recogida: " Si la mar trabaya y ta de fondo, mejor que no pañes nada en La Pregona, porque no vas comer más que arena".
Lo cierto, es que La Pregona, dependiendo de la fluctuación del nivel de la arena, fue un verdadero referente para este pequeño marisqueo practicado por los nuestros, antes de las restricciones administrativas.
(1). El término "Pielgo", nuestro río y según Díaz Castañón es: "Un pozo de los ríos muy hondo y peligroso". Otros, como García Arias también estima la acepción: " Pozo de agua de un río donde hay menos corriente".
El Sanatorio Marítimo.
" La infancia ahora
es siempre para ti
un territorio
de risas y veranos..."
Pablo Antón Marín Estrada.
Pasado el río del Pielgo y ya en territorio del concejo vecino, a unos pocos metros en altura, se exhibe una majestuosa edificación. Presidiendo y gozando de envidiable vista nos encontramos con el Sanatorio Marítimo o el Hospicio, tal y como durante muchos años los lugareños lo etiquetaron.
Por el lateral más próximo a la mar y recuperado por los nuevos huéspedes del Proyecto Hombre, se aprecia uno de los tramos costeros del Camino de Santiago. Una variante del antiguo Camino del Norte, aquella que iba de Gijón a Avilés, pegado a los acantilados, para evitar la pérdida de los peregrinos menos duchos en las orientaciones, guiados siempre por la proximidad de la mar, que no ofrece dudas.
El Boletín Oficial de la Provincia n. 153, de 8 de agosto de 1910, así transmite la aprobación de un proyecto que acabará cambiando para siempre la fisionomía de la playa y su dinámica, especialmente en el periodo estival: "La Comisión Provincial de Oviedo en sesión de 29 de julio aprobó el proyecto para construir un Hospicio Marino en el punto de Antromero, playa próxima al puerto de Candás...cuyo presupuesto asciende a la cantidad de 59.996 pesetas y 25 céntimos, y la presentación de una fianza del constructor de 2.999, 85 pesetas".
Uno de los entonces seminarios médicos más importantes, "Madrid Científico", registra con alborozo aquella decisión ,en su número 678, pág. 15, de fecha 4 de octubre de aquel año, 1910. Alabando la inversión para construir un edificio nuevo y no aprovechar otro existente, tal se acostumbraba.
![]() |
Fuente: José Antonio González. Fachada del Sanatorio Marítimo, década de los 20, del pasado siglo. |
La nueva edificación y su uso, requiere de una inversión para un mejor acceso. El 12 de febrero de 1913, el Boletín Oficial de la Provincia, en su número 34, aprueba la licitación de "la construcción y mejora del actual camino, con una longitud de 415,93 metros". Camino que discurriría con un desvío en la carretera Luanco y Gijón, a la altura del cruce con el río Pielgo. Y que pasado más de un siglo desde entonces, mantiene su singular trazado hasta la vetusta edificación, continuando empinado hasta la quintana de la casería La Piedra.
Aquel esfuerzo inversionista, no pasará desapercibido, así en 1928, el insigne etnógrafo Aureliano de Llano Roza de Ampudia, en su obra " Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente", describe el paso de Candás a Luanco, fijándose en este singular edificio: " Luego de salir de Candás por la carretera que conduce a Luanco, en un lugar llamado Antromero, se encuentra el Sanatorio Marítimo Provincial, construido por la Excma. Diputación para recreo de los niños del Hospicio. En el pasan una temporada de verano en compañía de sus profesores y vigilantes".
![]() |
Fuente: José Antonio González. Niñas del Sanatorio Marítimo, junto con su cuidadora. Al fondo la majestuosa edificación original. Se observa el importante número de pequeñas y en comparación con cualquier imagen actual, el notable retroceso del acantilado de nuestra playa. Años 20. |
Aunque nadie mejor para detallar aquellos orígenes y posterior evolución que el conocimiento y experiencia, vivido en primera persona. Para ello, contamos con la impagable colaboración de Pilar Piqueras, hija del guardes Avelino y su esposa, Maruja:
"El Sanatorio Marítimo de Candás, surge gracias al empeño del ovetense D. Rafael Sarandeses Álvarez (1858 - 1955) que "concibe la idea de crear un centro marítimo para los niños que sufrían escrófula y raquitismo". (Tomado del documento Médicos Históricos Españoles). Esta obra será apoyada por sus herederos y comienza a materializarse en 1912.
A lo largo de los tiempos este edificio tuvo distintos usos, si bien el principal fue acoger en periodo de vacaciones a huérfanos y expósitos recogidos en el antiguo hospicio provincial (actual Hotel Reconquista).
Esta estancia se dividía en dos periodos. Un primer mes (aproximadamente) en el que disfrutaban del centro los niños, asistidos por funcionarios de la Diputación conocidos como inspectores y una segunda etapa en la que estos regresaban al edificio de la calle Gil de Jaz y venían niñas acompañadas por monjas de la Caridad.
En 1959 el edificio sufrió una importante renovación. Se modernizó, si bien los espacios tales como dormitorios, baños,...seguían siendo colectivos. Es aproximadamente en 1960 cuando se separan niños y niñas. Las niñas van al Cristo a cargo de las monjas y los chicos al Naranco con los salesianos.
Las monjas se marchan al inicio de la década de los 70. Fueron sustituidas por educadoras. Los salesianos estuvieron algún tiempo más, pero pronto los muchachos pasaron a pisos tutelados.
La historia de este edificio no queda aquí. Algunos años fue utilizado por ancianos que se encontraban en residencias del Principado. Más tarde fue lugar de acogida para los muchachos del Hogar de S. José, de La Calzada, mientras les concluían el nuevo colegio y por último, residencia del Proyecto Hombre.
Como hija del guarda de ese edificio, he vivido mis mejores momentos en ese entorno. He compartido juegos y vivencias con todos los que por allí pasaron y recuerdo con cariño cada uno de los veranos transcurridos".
Pilar Piqueras.
![]() |
Fuente: María Quintana. Avelino, el guarda del Sanatorio Marítimo. |
La labor del matrimonio compuesto por Avelino y Maruja, fue determinante, para el desarrollo de un sinfín de actividades de los moradores del Sanatorio. El cariño demostrado por ambos, queda evidenciado en el blog de los "Antiguos alumnos del Colegio Provincial de Niños del Naranco", a través de estas emotivas palabras:
"Una figura entrañable vinculada a la residencia de Antromero era la señora Maruja. Ella, que vivía en una casa próxima, se encargaba de la limpieza y de la cocina durante los periodos en que los alumnos del colegio residían allí. De carácter extrovertido y muy cariñosa, era una madre para muchos de los muchachos que pasaron por la colonia. Recibió un merecido homenaje poco antes de que el colegio cerrase sus puertas. Su esposo Avelino, además de custodiar la residencia, realizaba labores de vigilancia en la playa durante las horas de baño o cuando los alumnos se trasladaban en embarcación a La Isla ".
![]() |
Fuente: Antiguos Alumnos del Colegio Naranco. Momento del cálido y merecido homenaje a Maruja. Fuente: Maruja El Sanatorio. Antigua fachada Este del Sanatorio, seguramente la más desconocida. Mitad de la década de los años 40 del pasado siglo. |
Leyendo estas informaciones tal pudiera parecer que la instalación fuera lejana y distante para la población de Antromero, aunque nada más lejos de la realidad. La interrelación con la gente joven fue siempre una constante, tal lo testimonia Mercedes Menéndez: " Iba mucho con Finina la de La Piedra, además también estudiaba con Pili la del Sanatorio, y eso me hacía pasar mucho tiempo allí". El tamaño del edificio era lo que más sorprendía inicialmente a los visitantes: "Recuerdo todo aquello tan grande y espacioso. Al principio alguna vez me perdí dentro. Aunque lo que primero y más me llamó la atención era ver que los colchones eran de hoja de maíz". También la división de sexos de la época, se manifestaba en la organización interna: " Íbamos también a misa con las monjinas, y había una que se llamaba Sor Juliana, que nos juntaba con sus niñas, pues los niños estaban separados". Algunos de los flecos de la memoria, son más largos que otros: " Me acuerdo de un niño ciego, que se llamaba Salvador. Siempre se sentaba en la playa sobre la arena y cuando mi padre iba a la mar, le llamaba y decía: "Fausto, cuéntame ¿ cómo es un burro?". Mi padre lo cogía en brazos y le explicaba todo lo que le preguntaba". Mercedes, concluye con una reflexión que refleja añoranza y felicidad fresca: " En el Sanatorio viví tantas cosas, tengo muy buenos recuerdos". Es evidente, que el edificio transformó el paisaje, además de generar unas raíces inolvidables por aquella relación con el pueblo y sus gentes.
A finales de los años ochenta, se le va dar un giro al uso del edificio. La Fundación Centro Español de Solidaridad Principado de Asturias ( C.E.S.P.A), soporte jurídico de Proyecto Hombre, se va hacer cargo del edificio, con el loable objetivo de cubrir la prevención, tratamiento e incorporación social de aquellas personas con graves problemas derivados del consumo de drogas.
Entre un sector de la población de Antromero, creó recelo y desconfianza. La palabra "droga" y el desconocimiento total de los planes de la Fundación, alimentó unas reticencias que se fueron venciendo, con el sereno juicio que deriva del paso del tiempo.
En el año 2001, la Asociación Cultural "Gritos" de Antromero , otorgó al Proyecto Hombre el galardón del "Turullo de bronce", como reconocimiento a su labor impagable. La Asociación De Mujeres de Antromero, mantiene una estrecha colaboración desde entonces con sus responsables. No pasaron desapercibidas las actividades voluntarias de nuestros vecinos, como Mino LLaviana o Luis Servando Peláez, quienes invertían sus horas de ocio en la ayuda de otra gente que más lo necesita. Hay puertas que cuesta abrirlas, pero una vez abiertas, ya no se vuelven a cerrar.
![]() |
Mino Llaviana. Voluntario y colaborador del Proyecto Hombre. |
![]() |
Turullo de bronce 2001, como antromerín del año, otorgado al Proyecto Hombre. Fuente: Emilio Rodríguez El Lechugo. Imagen parcial de la bahía de San Pedro, visionada desde el Pico. Al fondo, El Sanatorio, preside el lado este de nuestra playa. Fuente: Laudina Artime. Los componentes de la comisión de festejos en el año 1936 (unos días antes del inicio de la guerra civil). Al fondo, se aprecia la majestuosidad del Sanatorio. Fuente: Loli Serrano. Treinta años más tarde que la anterior foto, nuestras romeras buscan para el recuerdo festivo, el mismo fondo. La grandeza del Sanatorio. Fuente: Marisol Carro. Espectacular imagen a pleamar de nuestra bahía, presidiendo la misma, el Sanatorio Marítimo. |
(2). La escrófula es una infección de tuberculosis, de los ganglios linfáticos del cuello.
Curiosos visitantes y alguna caxigalina de la playa.
"Todo pasa y ha de pasar..."
Manuel Asur.
Para bien o para mal, somos un pueblo abierto y expuesto. Cosmopolita, al decir de las lenguas más exigentes. A lo largo de los siglos han arribado a estas costas todo tipo de personajes, quienes han exhibido sus intenciones sin miramientos: piratas, aventureros, conquistadores variados y de dudosos pelajes e intenciones, han pisado sin rubor y arrepentimiento estas tierras. Otros, en cambio, han decidido fijar sus planes de futuro aquí y formar parte de la historia de este pueblo. La mar, en muchas ocasiones, ha sido el perfecto vehículo transmisor para cumplir sueños y objetivos.
De todo aquel coctel sanguíneo, agitado por el tumultuoso paso del tiempo, se ha forjado esta gente que vive y ha vivido en el pueblo: " Roxos como vikingos". Es cierto, que la playa ha sido una invitación desplegada y arenosa para recibir a los visitantes marinos. Sin mayores dificultades de acceso y con una modesta, pero seguramente visible construcción en la altura de su fachada acantilada, desde al menos el siglo X. Aquella pequeña ermita con advocación a Santa María, fue un reclamo atrayente e inevitable para los navegantes de estas procelosas aguas. Sinónimo de existencia de vida, se convirtió involuntariamente en una invitación a la visita obligada, para satisfacer y cumplir con las necesidades terrenales y casi siempre poco virtuosas de estos viajeros.
Sin ánimo de caer en la tentación de reinventar una historia jamás escrita, nos dejamos guiar por el sentido común y la lógica. Aparcaremos estas hipótesis estériles, viajando con limitado equipaje, a un pasado más próximo y familiar. Vivido por muchos de nosotros y del que ha formado parte como receptora inevitable nuestra playa, San Pedro.
Un escape de fuel y la aparición de un "tesoro" con traza histórica.
Recordaremos un fatídico accidente, para restaurar vestigios de aquel incierto pasado. El día 31 de enero del año 1991, un incendio generado en uno de los altos hornos de Veriña de la empresa ENSIDESA, va a generar una catástrofe ecológica en forma de vertidos de fuel a la mar. Las playas más afectadas serán las de Xivares y la de San Pedro de Antromero. Ambas amanecerían el día 1 de febrero cubiertas con aquel hidrocarburo.
Con el desastre consumado, un vecino de Antromero, en el día de autos, denuncia ante la Guardia Civil de Luanco, la presencia de grandes y espesas manchas flotando en la proximidad de la playa. Observadas desde su embarcación, cuando iba a iniciar sus faenas en la mar. En cuestión de horas nuestra ribera de referencia estaba cubierta de una espesa capa de fueloil.
Con precipitación, nocturnidad y alevosía, los responsables de la siderúrgica inician las tareas de limpieza. Usan para ello, maquinaria pesada y cientos de camiones de arena son sacados de San Pedro. Además, en alta mar, usan toneladas de dispersante, que aunque homologado, resulta muy poco aconsejable, por los nocivos efectos que genera a fauna y flora marina.
![]() |
Fuente: Rubén Rodríguez y Fran Viña. Recorte de prensa donde se aprecia la maquinaria pesada utilizada para limpiar nuestra playa. |
![]() |
Pese a la "limpieza gestionada" por ENSIDESA, el galipote fue habitual durante meses en San Pedro. En algunas ocasiones, cubriendo la totalidad de la playa, con diferentes grosores. |
![]() |
Fuente: LNE. Una tira cómica de este periódico de 2 de febrero de 1991. critica sutilmente la actuación de los responsables de ENSIDESA, durante la gestión de aquella crisis en nuestra playa. |
![]() |
Les peñes proximes a La Imera, años después del accidente, aun tenían restos muy visibles de galipote. |
Tras aquel despropósito, y unos días después aparecen, al amparo de la Peña Larga, restos de un gran cetáceo, presumiblemente una ballena. Dos enormes costillas (4) y un disco de espina dorsal evidencian el pasado ballenero del pueblo, y la vinculación de la playa con esa actividad. Los hallazgos estuvieron expuestos durante años en la Asociación Cultural "Gritos", hasta que unas manos desaprensivas decidieron cambiarlas de sitio, sin advertir su nueva ubicación.
Las labores de la caza de ballenas en Antromero, han sido debidamente expuestas en el capitulo 1, pero nos vais a permitir añadir un curioso y significativo mapa, elaborado por el medievalista J. Ignacio de la Peña, quien reseña esta actividad en nuestro pueblo, durante al menos el siglo XIV.
![]() |
Fuente: J. Ignacio Ruiz de la Peña. En este mapa, detalla la importancia de Antromero en la caza de ballenas. Junto a nuestro pueblo figura Tazones, Luarca y Entrellusa (Perlora). |
El día 13 de noviembre de 1331, se formalizará un documento de arriendo, ya recordado con anterioridad, entre el abad del monasterio de San Vicente, plenipotenciario propietario de estas tierras y el vecino de Antromero Johan Pérez. Fortaleciendo en cualquier caso la importancia de esta pesquería, dados los detalles registrados en aquel. Tal se expresa en los siguientes términos y rescatado por el propio J. Ignacio:
![]() |
Fuente: Laudina Artime. Vecinos y curiosos no perdieron la oportunidad de fotografiarse con la tortuga laud. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
los comentarios son libres y todos serán públicos