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Fran Posada. Tras él, la panera cargada de riestres. |
Capítulo 25.
El milagro de la tierra.
Los hórreos (horros) y paneras.
Introducción.
Como tendencia
“Una casería sin horro,
non ye una casería”.
Basilio “el Tercero”.
Este tipo de edificaciones se distinguen porque siempre se construyen cerca de la vivienda, de la casería, justificando así su uso. El hórreo y por ende la panera, tiene un elemental objetivo, ser el granero, la despensa de la familia. La voz latina "horreum" se puede traducir por granero, aunque es cierto, que a este pósito en la cultura romana no se denominaba así.
Tal y como se expuso, su diseño va orientado en esos derroteros, para evitar dentro de lo posible la injerencia de los intrusos, que pudieran alterar el almacenamiento de aquellos alimentos, entiéndase sobremanera, los odiados roedores. También para guardar preseos (1) o herramientas habituales en la casería asturiana. En ocasiones se almacenaban sin gran orden todo tipo de objetos , como arao, salladora, semadora, llabiego, cordeles, cestes , paxos, la leña pa la cocina, etc. Tal lo recuerda estos versos del autor de la generación de la posguerra, Luis Aurelio Álvarez:
"lo meyor del pueblo,
tuvo cientos de años secando maízos,
tuvo cientos de años guardando preseos".
Una larga lista de elementos difíciles de enumerar, por lo variopinto de su contenido. Así lo enfatiza Emilio Posada: "Debajo del horro se guardaba de todo. Lo peor no era guardalo, era el después sacalo. Si no tenía un poco de orden, aquello parecía una casa de locos".
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Panera del Molín. Debajo de la misma se puede apreciar almacenamiento de objetos y herramientas. |
La utilidad y construcción de estos ingenios los hace convertirse en ocasiones en segunda vivienda. Esta aseveración es detallada por nuestro declarante Alfonso Pinón : " Muches veces era mejor dormir en el horro que en casa. Había más sitio y sobre todo tabes seguro que ningún bicho te iba molestar". Era tan frecuente recurrir a esta alternativa que en muchas caserías tenían instalado en su interior y de continuo camas con jergones. Así lo refrenda Emilio Posada: " Cuando eran muchos en casa o había invitados no previstos, se iba a dormir al horro o a la panera". Puntualizando quienes la usaban: " Al horro, siempre dormían los de la casería. Allí estaba gran parte de las alimentos para todo el año".
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Emilio Posada. |
Además, se trata dentro de la compleja amalgama de instalaciones de la casería la única que siempre se cierra con llave, evitando con ello algún que otro disgusto con los amigos de lo ajeno. Ilustramos una de estas desagradables secuencias, sufrida por una vecina y recogido el 23 de enero de 1916, en la revista Asturias (año III. n.78): "Anteayer se presentó en la casa-cuartel de la guardia civil en el puesto de Luanco, la vecina de Antromero Generosa Rodríguez González, para denunciar que durante la noche del día 30 del pasado mes de noviembre de 1915, le habían robado de su panera cien pesetas, tres sábanas y dos pares de pendientes. Hasta la fecha se ignora quienes fueron los autores de la sustracción". De este suceso se pueden sacar dos conclusiones evidentes: la importancia de la panera como custodia de objetos valiosos y la necesidad de aldaba o cerradura para garantizar su guarda.
Reseñar el llamativo tamaño de su llave, la llave l´horro, a la que a su importante dimensión , se le han ido sumando todo tipo de creencias y supersticiones para curar y sanar pequeños problemas de salud. Sin lugar a dudas ya forman parte del entramado de la milagrería popular.
Lucia les Moranes con un sentido de humor envidiable, sentencia respecto al tamaño: "Había algunes que eren grandes y pesaben como el demonio. Era más fácil perder una vaca que la llave del horro".
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El tamaño de la llave l'horro, llamaba la atención. |
Hoy podemos decir que solo el interés de sus propietarios mantienen en su esplendor algunas de estas vetustas edificaciones. Las circunstancias productivas actuales y la tecnología han puesto punto y final a aquel uso inicial al que iban destinados. Así lo recuerda Emilio Posada: ”Hoy ya no se ven riestres de maíz, colgades en hórreos y paneres. Porque la gente ya cambió la forma de cosechar, y los hórreos han perdido un poco su sentido. Los propietarios los mantienen en píe por orgullo y respeto a aquella herencia, ya no por lo que hacen servicio". Advirtiendo el coste económico de esta decisión: "Mantener y conservar un hórreo o una panera manca. Cuesta muches perres y tiene su merito".
También era un fiable indicador de como habían sido algunas cosechas y por ende, el poderío de la familia explotadora de la casería, tal lo reseña Emilio: "No había nada mejor que mirar los hórreos y ver la cantidad de riestres de maíz colgades o cuando se subíen les fabes para secar, antes de escaxinales, pa saber si fue una buena cosecha o no y la potencia de la casería". Así describe la capacidad de esta, cuando es visible todo el valor que representa el conjunto, el poeta avilesino Gabino Muñiz García-Robés:
" Vi los hórreos con les riestres
del maíz dorao y tienro;
dentro unos cuantos caxones,
con trigo, escanda y centeno;
debaxo el carrín d'esquirpia
tuvia cargao con yestro;
la semadora y el rulo
y al llao, gradies y llabiegos;
los trastos de'espardiar llín,
parigüeles y maderos".
Pero ciñéndonos al uso de los mismos, se puede decir con plena seguridad, que en ellos se almacenaban cosechas ahuyentando del peligro de humedades y enemigos de todo tipo (ratones, paxaros,...etc). Y en el caso de matanza, los embutidos, salazones, el tocino, llacones,..que se mezclaban con sacos de legumbres, fariña,..etc. Permaneciendo a la espera de la justa administración que de aquellos víveres solía hacer la fémina de mayor edad de la casería. Rescatamos unos curiosos versos que ilustran en pequeña medida las escaseces de aquellos tiempos, y la sabia gestión de los limitados recursos existentes:
"Mi niña, si vas al horru
del tozín parte pocu;
pues doce meses tien el añu,
semanes cuarenta y ochu..."
Otro de los grandes éxitos del hórreo es la posibilidad de su desmonte y nueva instalación. La no propiedad jurídica de la tierra no fue impedimento para aquellos colonos llevadores de caserías que decidían invertir en estas construcciones. En el dudoso caso de tener que abandonar la explotación, tiene la seguridad de poder llevárselo sin mayor problema que su desmonte y traslado.
Tal y como se expuso la "llevaduría" de la tierra se transmitía de forma hereditaria y así lo recoge Jovellanos, en su "Octava carta a Ponz: "... Los arrendamientos son aquí indefinidos y, en cierto modo perpetuos, se ve pasar una casería de generación en generación por los mismos individuos de una familia, y sería mirado como un tirano el dueño que sin causa justificadísima arrojase al casero del lugar de sus ascendientes". La posterior desamortización de la tierra, obraría en muchos casos el efecto contrario al buscado. Y con ello, algunas rescisiones unilaterales por parte de los nuevos propietarios de esos acuerdos antiguos.
(1). Según el Diccionario General de la Lengua Asturiana, el preseo es: " instrumento de trabajo de cualquier oficio o labor de campo".
Reseñas históricas.
"Tú eres muchas,
muchas veces,
patria mía".
Vanessa Gutiérrez.
Si nos retrotraemos unos dos mil años en el tiempo, un veterano conocido, Plinio el Viejo (siglo I), describe a los "branaria pensilia" del modo que sigue: "Son hechos todos de madera y alzados sobre columnas, ventilados por abajo". Señalando las tres zonas geográficas donde podían ser visionados: "Se aprecian en Apulia, Sicilia y norte de Hispania". Sin temor a incidir en equivocación alguna, podemos aseverar que se estaba refiriendo a los primitivos hórreos.
El hórreo más antiguo que se conserva en este país es el de Iracheta (Navarra). Tratándose de un granero comunal , que al menos tiene 800 años de antigüedad. En cambio, la primera referencia documental de la existencia de este tipo de edificaciones en Asturias data del año 867. En este documento, el rey Ordoño I dona al obispado una serie de terrazgos, entre los que figuran: "... cum domibus, orreis, cubis..."
En lo referente a nuestro pueblo, tendremos que remitirnos al siglo XIV. Será en 1330 a través de histórico documento , donde se tiene constancia de los mismos en nuestra tierra: "Tres cabannas e dos orrios e en Entremero duas cabanas todo techado de palla". Dependientes del cenobio de Condres, quien vigilaba por los intereses y propiedades eclesiásticos en esta zona.
Las grandes producciones de maíz provocará la demanda de construcciones de hórreos en la primera mitad del siglo XVII. Estamos sin lugar a dudas en el periodo de mayor esplendor de estos silos. Así lo recoge el escritor y religioso Padre Luis Alfonso de Carballo en su obra "Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias" (1695): "..la mayor productividad del maíz con respecto a los cereales tradicionales, que además exigían a la tierra otra temporada de barbecho, trajo como consecuencia la necesidad de un mayor volumen de almacenamiento".
La consecuencia más inmediata fue el diseño de horros mayores, de planta rectangular y mayor capacidad de almacenaje. Es el nacimiento de la panera, como evolución natural de aquel.
Este éxito se plasmará en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1793), donde se censan 20946 construcciones de este tipo. El censo elaborado por el Ministerio de Educación y Ciencia en el año 1972, refleja la triste realidad: contabiliza 10911 ejemplares. La conclusión es demoledora, en 220 años la mitad de hórreos y paneras han desaparecido.
Respecto a nuestro concejo reflejaremos un listadillo elaborado por Benjamín Álvarez, Benxa con el censo de hórreos y paneras, desglosado por parroquias. Correspondiente este al año 1987.
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Fuente: Benjamín Álvarez, Benxa. |
La diferencia más notable y visible entre el hórreo y su evolución a panera, está en su planta y en el tejado. Es un hórreo cuando su estructura es cuadrangular y su techumbre a cuatro aguas, rematado en un único vértice. La panera, en cambio tal y como se expuso es de planta rectangular y en su cubierta hay una línea de cumbre, para juntar sus cuatro vaguadas. No debiéramos de caer en el error de diferenciar por el número de pegollos estas edificaciones.
Imagen inconfundible del tejado de un horro. |
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Panera. La forma de su planta y el tejado inequívocos. |
La crisis de la construcción de nuevas instalaciones de este tipo, se producirá tras la desamortización de Mendizábal en 1837. Los grandes monasterios y la Iglesia perderán la propiedad de las tierras y con ello la interesada promoción y conservación de aquellas vistosas y eficaces instalaciones.
Respecto a su ornamentación es muy variada y rica en muchos casos. Grabados, tallas, pinturas policromadas enriquecen el patrimonio artístico popular de nuestros pueblos. Como apunte distintivo y si mayores matices, distinguiremos en función de su decoración tres estilos diferentes: Villaviciosa, Carreño y Allande. Numerosos talleres y artistas van a desarrollar todo su talento durante siglos en estas construcciones que forman parte de nuestras vidas y pasado.
Lo que es indiscutible, es que este tipo de edificaciones tienen su origen en Asturias desde hace más de 2000 años. Lo que echa a tierra la primitiva teoría que fue una importación de los conquistadores romanos. En cambio, toma más fuerza la presunción que se trata de una construcción basada en los antiguos palafitos, que dieron forma antiguos habitantes lacustres, que sobrevivieron en los lagos asturianos.
Partes del hórreo.
"Refugio con zancos,
cobijo que guarece
contra las fieras y los elementos..."
Per Gaztelu.
La compleja estructura del hórreo sufre cambios y fluctuaciones, dependiendo de su ámbito físico y geográfico . Existen ensambles, acoplamientos distintos y dispares que conjuntamente ofrecen casi cincuenta tipologías diferentes en todo el territorio asturiano. Estos matices no hacen otra cosa que engrandecer este patrimonio arquitectónico astur.
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Fuente: Alfonso y Gerónimo Lozano. Ensambles entre cabrios, aguilones y agüera. Matices diferenciadores entre horros. |
Así y de modo muy elemental vamos enumerar algunos de los componentes más visibles de este tipo de construcciones inmemorables, siguiendo la descripción del insigne Jovellanos:
– Pegollos, son los pies, que en caso de los hórreos se ajustan a cuatro y en las paneras superan este número.
– Trabes, son las vigas maestras, que van de uno a otro pegollo.
– Colondras, vigas perpendiculares a los trabes. Son los que finalmente son la base de las paredes del hórreo.
– Liños, son las vigas que unen por la parte de arriba a las colondras.
– Tocas, cuarterones que están encima de los liños.
– Paneras, son las vigas que forman el armazón del techo.
– Gatos, son las que amarran unas partes a otras.
– Escalera, o acceso que tenia que tener la máxima premisa de no contactar directamente con el hórreo, para evitar el acceso de animales.
Respecto a este elemento, y a su eficacia, trascenderá el ámbito terrestre, adentrándose en el marino. Así lo testimonia Luis Servando Peláez: " Según contaban en mi época de estudiante de náutica en el año 1963 hubo una pregunta de examen que se hizo para piloto y en la sección de maniobras y era: ¿Cuánto salta un ratón?. El motivo de aquella pregunta era para saber cuanto levantar del muelle la escala de acceso y evitar que los ratones subieran a bordo del barco. La respuesta estaba en la escalera del hórreo y sus dimensiones".
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Fuente: Miguel Copes. Partes del hórreo. |
Cuando el hórreo tiene corredor ( algo que no siempre ocurre), se denomina taramera al piso de aquel. Este complemento fue muy apreciado para colgar y secar algunos de los frutos procedentes del duro trabajo de las tierras.
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Horro casa les Moranes. El corredor y suelo del mismo o taramera. |
Hay una importante distinción en su construcción y mantenimiento y está en el tipo de sujeciones utilizadas. Pudiendo ser estos clavos metálicos o de madera. Siendo estos últimos los denominados tornos. Si bien es cierto que el paso de los años ha sido determinante para su progresiva sustitución por los de metal. A este respecto, nos conviene recordar la descripción de la singularidad que de este ingenio que hace Jovellanos: "En el edificio no entra para nada el hierro, ni el mortero...No hay edificio tan barato, tan sencillo y tan bien ideado".
Durante mucho tiempo los únicos edificios hechos de madera, sin componente ajeno a la misma han sido los hórreos y paneras. En Antromero, si atendemos a la tradición oral, nos sentimos obligados a citar la casa donde estaban arrendadas Ramonina y María la Salada. Siendo su propietario el entonces terrateniente del pueblo, Manuel de Norte. Aquella vivienda fue hecha exclusivamente de vigas, tablas y tablones, fijados con espitas de madera. La posterior reforma y renovación de aquel inmueble en la década de los 90, hace imposible testimoniar gráficamente lo expuesto. Recurrimos para resarcir el olvido amenazante a Laudina Artime, quien así lo explicita: "La casa donde vivieron Ramonina y María la Salada, con mi güelo José, estaba hecha de madera y no había ningún tornillo, ni punta en toda ella". Añadiendo una curiosa distribución en el interior: "Y tenía un forno de leña en el centro del llar. Alguna vez fuimos a cocer marañueles allí".
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Fuente: Google. Estado actual de la antigua casa de madera de Manuel de Norte. |
Con independencia de la importancia relativa de aquellos componentes descritos con anterioridad, hay uno que llama poderosamente la atención respecto al resto, y no es otro que el pegollo. Pie de piedra, que en algunas ocasiones se encuentra de madera y que algunos caen en el error de usarlos como diferenciante entre panera y el hórreo.
Una de las características más visibles en nuestro pueblo de estas construcciones está en el corredor, normalmente cerrado por tablillas o balaustres. Estos y debido a la mayor exposición a los fenómenos metereológicos propios de la mar, son sustituidos por los denominados mandiles. Tratándose de un cierre elaborado de tablas corridas, para proteger los productos acopiados en el suelo, de lluvias y vientos. En el caso que este entablado cubriera hasta el alero del hórreo o panera, recibe el nombre de tornaguas.
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Hórreo de Alfonso Carma. El mandil cubre todo el perímetro del corredor. |
En cualquier caso para ser considerados hórreos o paneras, deben cumplirse dos requisitos fundamentales: estar soportados por pies (pegollos) y ser edificaciones independientes de la vivienda, casería o casa.
Algunos ejemplos vistosos de nuestros hórreos y paneras.
"Cuando se cae un horro
se pierde un mundo".
Popular.
Contar con el conocimiento experto en esta materia tratada de nuestro vecino Paulino García Suarez, es una suerte que no vamos desaprovechar. A petición nuestra ha elaborado un breviario concreto e intenso, de los hórreos y paneras más significativos en ornatos de Antromero.
Todo este apartado es fruto de su trabajo y sapiencia y del que disfrutaremos en sumo grado. Exponemos a continuación su saber, transformado en texto.
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Paulino García Suarez. |
El horro de casa Basilio el Tercero.
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Fuente: Paulino García. |
Fuente: Paulino García. "una minúscula figura antropomorfa..." |
Fuente: Paulino García. "...lo que parece un guardián". |
Fuente: Paulino García. "Apreciamos un ave..." |
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Fuente: Paulino García. El horro de casa Miterio. |
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Fuente: Paulino García."... y a su vez flanqueados por dos gabletes con florones ricamente tallados". |
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Fuente: Paulino García. |
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Fuente: Paulino García. |
Panera de casa Falín de Menende.
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Fuente: Paulino García. Panera de casa Falín de Menende. |
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Fuente: Paulino García. "...estilo decorativo conocido como Carreño". |
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Fuente: Paulino García. |
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Fuente: Paulino García. |
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Fuente: Paulino García. "...tallados con figuras romboidales rematadas por pétalos..." |
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Fuente: Paulino García. "Año de 1806". |
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Fuente: "Arquitectura Popular en Gozón". |
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Fuente: "Arquitectura Popular en Gozón". |
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Fuente: Benjamín Álvarez, Benxa. Dibujo elaborado por él mismo sobre las tallas del horro de Alfredo Rionda (1971). |
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Fuente: Loli Serrano. El horro de Alfredo Rionda. |
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Dibujo de Benjamín Álvarez, Benxa. En el se aclara la construcción del hórreo en fecha de 1757. Comprueben la fidelidad del dibujo con la foto de Paulino. |
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